sábado, 23 de abril de 2011

Suerte de nacimiento.

Mi padre y mi madre debieron haberse quedado en
Nueva York, donde se conocieron, donde se casaron y
donde nací yo. En vez de ello, volvieron a Irlanda cuando
yo tenía cuatro años.
Cuando recuerdo mi infancia me pregunto cómo
pude sobrevivir siquiera. Fue, naturalmente, una infancia
desgraciada, se entiende: las infancias felices no merecen
que les prestemos atención. La infancia desgraciada irlandesa
es peor que la infancia desgraciada corriente, y la infancia
desgraciada irlandesa católica es peor todavía.

Las Cenizas de Ángela – Frank McCourt


Donde nacemos es el factor fundamental que determina nuestra vida. ¿Somos conscientes de la importancia de este factor?.

En qué continente, país, ciudad, estrato social, familia, muchas veces incluso la posición en la familia, ¿eres el primogénito?. Todo esto, junto al género, raza, religión y condición social son el primer gran factor que ya te determina desde el útero de tu madre. Desde el mismo momento de la fecundación ya estás determinado, te desarrollarás en el útero, nacerás y no podrás hacer nada por cambiar ni uno sólo de todos esos factores.

No podemos cambiar ni uno sólo de ellos, al menos al principio, el género, la religión y la condición social son factibles de cambio hoy en día. ¿Tiene todo el mundo las mismas oportunidades para cambiar? Por supuesto que no, no podemos comparar a un ser humano nacido en un país desarrollado que en un país subdesarrollado o “Tercer Mundo”. No podemos comparar al que nace en un campamento de refugiados de algún país africano con el que nace en una familia adinerada de Suecia. Ni siquiera podemos compararle con el nacido en una fabela brasileña.

Dentro de un mismo país tampoco se pueden realizar comparaciones, hay países que poseen unas determinadas “igualdad de oportunidades” con las que supuestamente, el hijo de una familia de clase baja puede llegar a prosperar tanto como uno de la clase alta (por supuesto que el camino no será igual de tortuoso para los dos). Pero hay otros países que no poseen estas igualdades, donde naces es donde te quedas.

Los que hemos nacido en países desarrollados, con igualdad de oportunidades... etc ¿sabemos apreciarlo?, ¿somos conscientes de que hay otras vidas mucho más difíciles?, ¿acaso cuantas más facilidades, comodidades y oportunidades somos más infelices?

Vivimos en una sociedad preocupada por los métodos de adelgazamiento, donde la población con sobrepeso aumenta cada día mientras que otros seres humanos no tienen que comer. Preocupados porque el jabón sea PH neutro y el agua esté a buena temperatura (no olvidéis intercambiar chorros de agua fría y caliente para activar la circulación sanguínea), mientras que otros no tienen agua para lavarse, ni siquiera agua potable que beber.

En resumen, disfrutamos de un sinfín de comodidades con las que otros no pueden ni soñar ¿somos más felices por eso? No creo que sonriamos más, porque ya no nos conformamos con nada. Los bienes materiales nos tienen sorbidos el seso.

Yo no me desvinculo de ello, por supuesto que tengo mis ataques de ansiedad material. Claro que si me quedo sin agua caliente pongo el grito en el cielo, si me olvido el móvil en casa me da angustia, siempre compro el mismo gel, porque me gusta. Por supuesto que me gusta la variedad en mi dieta, que tengo un portátil y quiero un Imac...etc Pero cuando se me pasa la vena consumista y tengo un momento de lucidez me doy cuenta de la suerte que tengo, de que no necesito nada más, bueno si, sonreír desde que me levanto hasta que me acuesto.

No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita, (menos mal que nos lo recuerdan los anuncios, sí, los mismos que quieren que compres más cosas).

Debemos ser conscientes de dónde hemos nacido, para aprovechar nuestras oportunidades y desarrollarnos. Desarrollarnos hacia la búsqueda de un mundo mejor para todos, sin olvidarnos de la suerte que ya nos vino dada desde el útero de nuestra madre.

lunes, 18 de abril de 2011

¿Qué vida vivimos?

SUPERFICIES DE VIDA
Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante. 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2
Total: 445 m2

¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?
Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente
así. Personas que se desplazan por una celda sin estar presas;
que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que
ayer, igual que mañana; personas que a pesar de estar vivas se
sienten muertas.

El bolígrafo de gel verde – Eloy Moreno


¿Conseguimos lo que queremos?, ¿tomamos las decisiones adecuadas para lograr nuestras metas?, ¿nos dejamos enredar por lo que la sociedad dicta?.

Hoy en día sufrimos un bombardeo continuo sobre cómo debería ser nuestra vida, los medios de comunicación, la publicidad... ellos dictan cuales son nuestras necesidades, lo que deberíamos tener, a lo que deberíamos aspirar, cómo deberíamos ser... ¿es todo esto real?

Debemos analizar nuestras metas, perseguir lo que nos hace felices, no dejarnos engañar por lo superfluo, por lo material, por lo que las grandes empresas dicen que necesitamos. Esta sociedad en la que vivimos es cada vez más materialista, egoísta, vanidosa y carente de esfuerzo. Desde que son pequeños a los niños se les da y permite todo, “no se vayan a traumatizar”. El poco tiempo de calidad que tienen los padres para dedicarles hace que intenten suplir esas carencias con cosas materiales. Nosotros mismos, los adultos, solemos cubrir nuestras carencias afectivas y emocionales , dándonos esos caprichos materiales que realmente no nos dan la felicidad.

Según nos hacemos adultos entramos en una espiral de la que no sabemos como salir, hay una idea preconcebida de cómo debemos formar una familia, de cómo debemos colmar a esa familia de comodidades, dinero y afectos materiales que no son necesarios, que no dan la felicidad. Comenzamos a vivir para trabajar, para acumular, para llevar un salario a casa y nos olvidamos de VIVIR.

Conocemos nuestros sueños, poseemos una tierra fértil, unos pilares fuertes y la certeza de que si luchamos por lo que realmente queremos podemos conseguirlo, así que ¡vivamos!.

Este no es un blog de reseñas de libros, pero no puedo dejar de recomendar la lectura de “El bolígrafo de gel verde”, tanto el camino y la lucha del autor como la del personaje principal son admirables, nos muestran ese mundo en el que nos enredamos y nos enseñan que siempre hay una salida... no diré nada más, es mejor disfrutar de la lectura de esta maravillosa novela.

martes, 12 de abril de 2011

Los pilares del ser humano III.

En ti encuentro todo lo que buscaba:
un espíritu que hace levantar el vuelo a mi alma,
que arrojó una luz nueva sobre cosas antiguas,
que ofreció su hombro para que mi cabeza descansase.
Kahlil Gibran


No todo el mundo necesita una pareja a su lado, un compañero/a de viaje, no obstante, por lo general el ser humano tiende a buscar esa persona fiel que siempre permanecerá a su lado. La gran mayoría de nosotros buscamos el amor y en algún momento nos enamoramos, otras buscan a alguien por conveniencia (ese es otro tema).

¿Cómo saber cual es nuestra pareja ideal?, primero deberíamos empezar por conocernos a nosotros mismos, querernos y respetarnos, de esa manera no permaneceremos al lado de alguien que nos haga daño, maltrate, humille o simplemente nos anule.

La pareja nunca debe usar el amor como excusa para coartar, empequeñecer y hacer serviles a otros. Ni nosotros mismos debemos hacérnoslo por amor. Amar a otro no debe ser olvidarse de uno mismo.

Amar a otro debe ser verte reflejado en los ojos de otro, ver como creces como persona, como tus alas alzan el vuelo, como persigues tus sueños y los alcanzas con el apoyo del otro. Y ver como el otro vuela a tu lado logrando también sus metas.

La relación con un compañero/a de viaje debe estar basada en la confianza plena. Confianza en la no traición, confianza como soporte en caso de caída, confianza en unos mismos valores, confianza en el apoyo del crecimiento personal, espiritual y profesional. Buscar un camino de crecimiento común en el que las dos personas tengan su parcela de crecimiento individual.

Y todo esto es independiente de querer formar una familia o no. La pareja es el comienzo y también queda sola al final, si las dos personas se han respetado, apoyado y ayudado a crecer no tendrán nada que reprocharse.

A parte de la necesaria atracción y pasión para que una pareja fragüe en un principio, se necesitan de todos esos factores para que sea para siempre, si es que hoy en día existe un para siempre.

Si tenéis pareja espero que os haga volar, os ayude a abrir las puertas del mundo y os aliente a perseguir vuestros sueños.

miércoles, 6 de abril de 2011

Los pilares del ser humano II.

La alegría invadía el corazón de su padre al ver al hijo inteligente, con deseos de aprender; observaba cómo crecía en Siddharta un gran sabio y sacerdote, un príncipe entre los brahamanes.
El pecho de su madre se henchía de orgullo al verlo caminar, sentarse, levantarse. Siddharta el
fuerte, el hermoso, el de miembros ágiles, que la saludaba con donaire...
-Con tu permiso, padre, he venido a comunicarte
que deseo abandonar mañana tu casa para irme con los ascetas.
Mi deseo es convertirme en un samana.
Entonces declaró el padre:
-No es conveniente que un brahmán pronuncie palabras violentas y furiosas.
Pero la indignación estremece mi alma. No quiero oír de tu boca este deseo
por segunda vez...
En la última hora de la noche, antes de que empezara el día, regresó, entro en el cuarto y observo al joven, que le pareció más alto, como un extraño.
-Siddharta -invocó-, ¿qué esperas?
-Tú ya sabes.
-¿Te quedarás siempre así y aguardarás hasta que se haga de día, hasta el mediodía, hasta la noche?
-Me quedaré así y esperaré.
-Te cansarás, Siddharta.
-Me cansaré.
-Te dormirás, Siddharta.
-No me dormiré.
-Te morirás, Siddharta.
-Me moriré.
-¿Y prefieres morir antes que obedecer a tu padre?
-Siddharta siempre ha obedecido a su padre.
-Así, pues, ¿deseas abandonar tu idea?
-Siddharta hará lo que su padre le diga.
La primera luz del día entró en la habitación. El brahmán vio que las rodillas de Siddharta vacilaban. Sin embargo, en el rostro de su hijo no había vacilación, sus ojos miraban hacia muy lejos. Entonces el padre se dio cuenta de que Siddharta ya no podía permanecer a su lado en la tierra. Comprendió que ya le había abandonado.
El padre tocó el hombro de Siddharta.
-Irás al bosque -dijo- y te convertirás en samana. Si encuentras la bienaventuranza en el bosque, regresa y enséñamela. Si hallas el desengaño, vuelve y de nuevo sacrificaremos juntos ante los dioses. Ahora ve, besa a tu madre y dile hacia donde vas.

Siddharta-Hermann Hesse


Uno de los pilares fundamentales para el ser humano son sus padres, sean de la naturaleza que sean, tanto en positivo, como en negativo. Su ejemplo, sus valores, sus enseñanzas, su dedicación, nos marcan de por vida.

Como ya dije en otra entrada mis padres lo son todo porque lo dan todo. Han dedicado su vida a sus retoños, sin hacer diferencias, ni afectivas, ni materiales. Una de las frases que nunca olvidaré de mi madre fue: “lo que nos hace felices es que nuestras hijas sean felices”.

Siempre han buscado nuestra felicidad tanto apoyándonos en nuestras decisiones, como aconsejándonos cuando creían que nos equivocábamos. La mayor parte de las veces estaban acertados y en las que no, no importaba siempre lo hicieron por protección.

La protección de mis padres, llevada por el amor profundo hacia su progenie. Nunca fue amor de monos, ni de gallinas, que te asfixia hasta matar cualquier atisbo de independencia y libertad, sino todo lo contrario. Fomentaron el aprendizaje, nos enseñaron a caminar por nuestro propio sendero, siempre a nuestro lado, pero sin inmiscuirse si no son preguntados. Permaneciendo en la sombra, para estar al quite en caso de oír una voz de socorro, una petición de ayuda.

Ayuda incondicional, sin explicaciones, sin pedir nada a cambio. Demasiado poco piden, más deberíamos darles.

Muchas veces les digo (y es lo que siento) ojalá nos quedáramos así para siempre, en este punto. Estamos en el clímax de nuestra relación, como adultos iguales, donde la ayuda es mutua, el consejo es mutuo. En el punto en el que el retoño comprende que todas las acciones realizadas por sus padres han sido un gesto de amor incondicional, cuando sabe que les tendrá a su lado pase lo que pase.

No quiero cumplir más años, porque no quiero que ellos los cumplan. No quiero que se hagan mayores, no quiero hacerme mayor. No necesito mi propia familia, porque ya la tengo, mi familia son ellos, junto a mis hermanas. No quiero centrarme en otros, no quiero que queden en segundo plano, ellos son mi centro. Y por supuesto no quiero perderles.

Trabajaremos en ello, y aunque los años pasen, aunque tengamos nuestros propios hijos, aunque sigamos nuestro propio camino, nunca dejaremos a un lado a nuestros padres.

martes, 5 de abril de 2011

Los pilares del ser humano.

Intenta encontrar las mejores virtudes de una
persona y díselas. Todos precisamos ese tipo
de estímulo. Cada vez que elogian mi trabajo,
me vuelvo más humilde, porque no me siento olvidado ni
despreciado.
Todo el mundo posee algún rasgo que merece elogio.
Las alabanzas significan comprensión. Somos excelentes
seres humanos en lo más íntimo y nadie es mejor que los
otros. Aprende a valorar la grandeza del prójimo y serás
capaz de ver tu propia grandeza.
14/01/1922 Kahlil Gibran


Todos tenemos personas a nuestro alrededor que son nuestros pilares, personas que nos apoyan, ayudan, nos confortan cuando nos caemos y nos aplauden cuando nos levantamos solos. Todos necesitamos de ellas. Pueden ser familiares, amigos, pareja, alguien del entorno profesional, puedes tener muchos pilares o pocos, pero lo más importante es que siempre están contigo.

Mis pilares fundamentales saben quienes son, ellos lo son para mi y yo para ellos. Pero en este caso quería destacar uno de los tipos de pilares que puedes encontrar a lo largo de la vida. Esos que no te vienen dados sino que te escogen y son escogidos, esos que perduran en el tiempo, que están en todos los momentos de tu vida, tanto buenos como malos, esos que saben ver lo mejor que hay en ti y que saben hacer una crítica cuando es solicitada.

Hace muchos, muchos años, cuando no era más que un “cacho de carne con ojos” de 7 años conocí a la que se convertiría en uno de mis pilares, uno de los más importantes. Nos escogimos mutuamente y se convirtió en mi “hermana por elección”, hemos recorrido nuestros caminos acompañándonos, respetándonos, y apoyándonos en todo momento.

Ella siempre ha estado ahí, respetando mis decisiones, aconsejándome y manteniéndose a mi lado por si necesitaba a alguien que no me dejara caer. Cuando algo o alguien me golpea siempre puedo acudir a ella, si necesito refugio y consuelo sus brazos están abiertos.

Principal promotora de mis habilidades e ideas, tal vez pone demasiada fe en ellas. Una guía incansable en el camino para cumplir mi sueño. Crítica objetiva y sin tapujos cuando me dejo llevar por el desaliento. Positiva sin excepción, todo es posible a través de sus ojos.

Uno de mis pilares fundamentales y mi futura “representante”.