martes, 3 de mayo de 2011

Esos pequeños especímenes.

Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre. No sé
donde nací. Lo primero que recuerdo es que estaba en un
lugar umbrío y húmedo, donde me pasaba el día
maullando sin parar. Fue en ese oscuro lugar donde por
primera vez tuve ocasión de poner mis ojos sobre un
espécimen de la raza humana.
Hay que decir que entre los de nuestra especie
se da por sentado que el primero que halla algo
abandonado, ya sea la cabeza seca de una sardina o las
tripas de un mújol, adquiere de inmediato el derecho a
zampárselo. Cuando alguno de nosotros hace caso omiso
de esa regla y se apropia de lo que no es suyo, entonces
es incluso lícito recurrir a la violencia. Sin embargo, éste
es un concepto que se les escapa a los humanos. De
hecho, tengo comprobado que cada vez que encontramos
algo bueno que llevarnos a la boca, invariablemente
viene un humano y nos saquea. Confiados en su fuerza
bruta, los humanos nos roban sin ningún tipo de pudor
las cosas de comer que por derecho nos pertenecen.
Pero les juro que los humanos no se saldrán con la suya
eternamente. Tenemos que ser pacientes. Llegará un día,
y espero que no tarde mucho, en que los gatos
dominaremos el mundo.


Soy un gato – Natsume Soseki


Qué escribir cuando no tienes nada que decir, cuando te sientes vacío. Vacío y contra el mundo. Contra la sociedad, el país. Pero aún así sigues vacío o sin ganas de gritar, de soltar a los cuatro vientos que estás en contra del mundo, pero no vacío, eso nunca.

Qué decir cuando miras a tus gatos, ahí están, durmiendo apaciblemente con una sonrisa en la boca. Despreocupados de todo y de todos, bueno no, miento. Mis gatos tienen un radar e incluso cuando más profundamente dormidos parecen, si muevo un sólo átomo de mi cuerpo se despiertan y me siguen. Aquí también miento, no me siguen, me persiguen, no dan tregua, allá donde yo vaya ellos irán conmigo, metiéndose entre mis pies, intentando una y otra vez que acabe en el suelo. Persecución y zancadilla continua. Creo que es un complot, quieren librarse de mi y quedarse con mi piso en herencia, para de esta manera poder recorrer libremente la casa, en todos los niveles, poder trepar, saltar, corretear...

Mis gatos quieren poseer mi casa, porque a mi ya me poseen, un maullido es una orden, una solicitud de caricia y me tienen a su entera disposición. Se suben en mis piernas y me miran directamente a los ojos con esos interrogantes ojos azules, tiernos a la vez, pidiendo atenciones. Pegan su nariz a la mía y maúllan. Un maullido corto, exacto y perfecto, han dicho exactamente lo que querían decir y yo no puedo parar de reír.

En ese preciso instante sabiendo que han cumplido con su misión, se acurrucan en mis piernas con un intenso ronroneo y vuelta a dormir. Lo han dejado bien claro, yo les pertenezco, mi casa les pertenece, se merecen cariño y atención, a cambio nunca me abandonarán, me seguirán donde quiera que vaya y cuando no tenga nada que decir y me sienta en contra del mundo me arrancarán una carcajada, me harán sentir un profundo amor y cariño por quién nunca nos hace estar en contra. Mis gatos.

4 comentarios:

  1. Como te entiendo, en mi caso ya sabes que son un gato y un perro pero me hacen sentir igual y cuando parece que estoy contra o el mundo o el mundo esta contra mi (no se distinguir muy bien cual de las dos es muchas veces)te sacan una carcajada o por lo menos una sonrisa que no se paga con oro.

    por cierto ¿Que te pasa???...ya me contaras...pero espero que mañana veas algun rayito de sol ;)

    un besote (me voy a la cama que ando un pelin pachuchita, eso sí...con mis animalitos ;) )

    ResponderEliminar
  2. Uff, me has recordado a mi perrito. Cuando me sentía como tú, siempre lo cogía, lo abrazaba, y él parecía sentir como me sentía que me llenaba de sus besos y no paraba de hacerme tonterías hasta que me arrancaba la sonrisa. Espero que estos malos momentos sea solo una cosa pasajera.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por la preocupación, pero no pasa nada. Sólo la ausencia de palabras cuando hay mucho que decir, y mis gatos aplastando las teclas del ordenador para que les preste atención a ellos.

    Muchos besos!!!

    ResponderEliminar
  4. Si estuviera cerca tuyo me sentiría celosa de tanto cariñito como afloras cuando hablas de tus tus compañeros de piso. Los humanos "sentimos" cuando compartimos momentos con quien nos regala su tiempo, y los animales lo hacen constantemente.
    Que importante es la compañía, la buena compañía ¿verdad?

    ResponderEliminar